La fórmula básica que circula para la confección de un orgonite nos dice que la mezcla de material orgánico (resina) e inorgánico (metales) debe ser por partes iguales. En mi experiencia las mediciones de actividad, hechas con péndulo, indican que aunque las proporciones no sean las mismas, no se altera el resultado vibracional final, varía el radio de influencia, o para decirlo en otras palabras, la potencia que alcanza el orgonite, pero la acción de transmutar la energía negativa en positiva, o de irradiar la acción benéfica de la piedra o cristal de su interior, se da de todas maneras
Con lo que podría decir, que de acuerdo al tamaño y composición que tenga el Orgonite, así será su radio de acción en el entorno, pero de ninguna manera le quitará su efecto sanador.
Estoy convencida que la estética tiene un efecto ordenador y equilibrador en el observador, razón por la cual he buscado incluirla en la realización de los orgonites. Con este fin, he jugado con distintas proporciones de los elementos produciendo objetos estéticamente armoniosos para ubicar en distintos lugares de la casa y beneficiarse con su influencia.
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